martes, 1 de marzo de 2011

De las tronas



Yo oigo la palabra trona y me sale un sarpullido. A cualquier madre que haya visto como su hijo se cae de una trona y se abre la cabeza le pasaría lo mismo que a mí.

Elegir la trona es algo muy importante. Estando embarazada elegí una de prenatal. Que buscaba en una trona? Pues básicamente que pudiera sentarse el bebé para darle de comer. Siguiendo el mal consejo de la dependienta de prenatal, me decidí por una que parecia lo más de lo más, reclinable, tenía música, se podían quitar las ruedas y dejarla tipo balancín, era de un azul muy bonito, en fin, en la tienda hasta brillaba, era una super trona...Una vez montada en casa pensé que menuda super mierda. Era enooorme, pesaba un huevo, el tapizado daba tanto calor que se podia cocer un huevo y para cambiarla de una postura a otra había que mover una palanca diseñada en el infierno, que horror! Ese trasto estaba pensado por un padre con experiencia? Va, ni de coña. De hecho, se me rompió la pieza que unía la bandeja a la silla y al llamar para pedir el recambio me dijeron que ese modelo habían dejado de fabricarlo. Me lo creo, me lo creo, me dije a mi misma.

Decidida a cambiar de trona, alguien me habló de las tronas portátiles.







No pesan nada, son fáciles de transportar y se montan sobre cualquier silla.








Una noche, estaba Adrián cenando en esa trona cuando se le ocurrió darse impulso con los pies en la mesa. La silla con el niño atado a ella se cayó hacia detrás y justo se golpeó la cabecita en la esquina del radiador, el corte en su cabeza era enorme y se le llenó totalmente la cara de sangre antes de que yo incluso pudiera reaccionar. Sin ni si quiera quitarme el pijama volé con el niño a urgencias donde le cosieron la frente con ni recuerdo cuantos puntos. Al volver a casa la trona portátil fue directa a la basura. Y desempolvé el monstruo de prenatal que de pronto se convirtió en mi mejor amiga. Era un auténtico coñazo, pero muy muy segura.

Ahora las tronas han evolucionado mucho. La seguridad puede ir unida al diseño y a la ligereza.

Hay tres tipos de trona. Portátil, evolutiva y reclinable.

Jamás recomendaría una trona portátil por mi propia experiencia y de los dos estilos restantes que hay, habría que valorar las necesidades de cada uno (pero para eso tienes que conocer a tu hijo, cosa que no pasa hasta que nace y una vez nacido hasta que no empieza a comer y cuando empieza a comer hasta que descubres sus hábitos). Por lo que si la compras embarazada es un poco ir a lo que crees que harás con ella.

La evolutiva: Está pensada para acompañar al niño en sus horas de comida desde los 6 meses hasta los 12 años mas o menos. De hecho Adrián que cumple 5 añitos esta semana, cuando ya no cabía en la mierdatrona de prenatal, tampoco llegaba a la mesa en una silla de las nuestras y le tenía que poner cojines. Pero se escurría. Una vez la Zaaz de Nuna llegó a casa, las cosas cambiaron. El niño está súper cómodo, a la misma altura que nosotros y la silla es muy cómoda, muy bonita, muy ligera, muy fácil de manejar y lo más importante, muy segura. Para mi es un 10.








Pros: Amortizas la trona pues se adapta al crecimiento del niño muchos años.
Contras: Quizás sea incómoda para alimentar un bebé en sus primeros meses, pues hasta que no aprenden a estar sentados, tienden a inclinar el cuerpecito hacia delante y acaba la cuchara en la nariz.
Consejo si quieres éste tipo de trona: cómprate una hamaquita de descanso, donde también le puedes dar de comer reclinado los primeros meses, hasta que ya puedan sentarse en la evolutiva.
En Stokke ha solucionado este punto creando una hamaquita, apta desde el nacimiento, que se acopla a la trona Tripp Trapp. No la conozco pero tiene buena pinta. Ahora bien, yo mi Nuna no la cambio por nada!




La ergonómica o reclinable: Está pensada para acompañar al niño en sus primeros años de vida. No solo en la comida en posición recta, sino para estar viendo la tele un rato o para que se tomen un bibe en la posición intermedia o en posición tumbado para echarse una siesta por si se duermen en la trona. La que más me gusta de este estilo es la Zuma de Inglesina. La pliegas en un plis plas y cabe en cualquier rinconcito.







Pros: tienes la hamaca y la trona todo en una. Este tipo de tronas suelen incorporar ruedas precisamente para desplazarlas del comedor a la sala de estar fácilmente.
Contras: Aguanta solo hasta que el niño pesa 18 kilos y si es un niño grande, se le quedará pequeña enseguida.
Consejo: Si quieres este tipo de trona, busca una que la silla sea lo más ancha posible, para que el niño quepa cuanto mas tiempo mejor.

Estas tronas y muchas más están a la venta en Gugú.es! La web de una tienda alicantina llamada "Ilusión" donde desde su experiencia seguro que os ayudarán a elegir la trona perfecta.




Por Arain

2 comentarios:

  1. yo en casa tambien tengo la Nuna, estoy encantada. Ocupa poco sitio, es cómoda y sobretodo que le va servir muuuuuuuucho tiempo. Bien es verdad que cuando la empezamos a usar ya tenia la niña un año, Ante tenía una reclinable que tambien era comoda pero ocupaba mucho espacio.Nada que ver con la Nuna. bsts.

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  2. ¡Menudo susto! Menos mal que al final no fue tanto como podría haber sido!
    A mí hace 6 años, para mi hija mayor me regalaron la Stokke. Entonces no había tanta variedad, pero la verdad que puede ser algo armatoste, pero es súper segura. Mi hija tenía la misma costumbre que lo que hizo el tuyo: empujarse con las piernas contra la mesa, si hubiera tenido otra trona menos estable probablemente hubiera acabado igual que el tuyo. Y es que con niños la seguridad es lo primero.

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