domingo, 27 de marzo de 2011

Una de cojines


Cuando me compré el cojín de lactancia al poco de nacer Adrián, jamás pensé que sería una de las cosas que más iba a aprovechar.

Por orden cronológico:

1.- Estando embarazada: cuando la barriga te pesa tanto que ya no puedes ni dormir, te colocas el cojín alrededor y se convierte es un compañero de espatarre ideal.




2.- De post parto: como en cualquier post operatorio, la recuperación es lenta y más o menos dolorosa. La diferencia es que en cualquier post operatorio tienes a todo el mundo alrededor tuyo mimándote y procurando que te mejores, mientras tú pasas en la cama durmiendo el tiempo que haga falta. En un post parto no. Es tu bebé y no tú, el centro de todos los cuidados, y mientras te desvives de noche y de día porque no le falte de nada, tu cuerpo sigue ahí hecho un asco. El cojín de lactancia fue mi gran aliado, me ayudó muchísimo en esos momentos en los que cualquier movimiento era difícil por no decir casi imposible. Me lo ponía por aquí, me lo colocaba por allá y ala parriba!

3.- De lactancia. Bueno, la pera limonera. La forma mas cómoda de ponerte al bebé encima para darle el pecho o el biberón. Queda a la altura perfecta sin que tengas forzar un músculo más de lo necesario.



4.- Cuando el bebé termina de comer, no es bueno que se quede completamente tumbado porque al no tener la epíglotis madura, la leche conforme les entra les sale. Un pelín incorporado tras las tomas es ideal. Como no, una vez más, el cojín de lactancia te puede echar una manita.




5.- Tumbaditos hacia abajo. Sobre el cuarto mes del bebé, empiezan a recomendar que pasen un ratito tumbados hacia abajo para empezar a reforzar los músculos de la espalda. Que nos puede venir de lujo? Sip! Nuestro super cojín!






6.- A partir del sexto més, empiezan a aguantar un ratito sentados, si ponemos el cojín alrededor de su cuerpo será más fácil para ellos y menos posible que se caigan de lado mientras aprenden a mantener el equilibrio.



Yo tambien lo he llegado a poner como muro de contención cuando he dejado al bebé en mi cama un momento, para evitar que se de la vuelta y se caiga.

Pues eso, que los hay de mil colores, los venden en cualquier tienda de puericultura y el precio ronda los 35 €. Si divido lo que me costó por las horas que lo he aprovechado, me sale que nunca 1 € fue tan amortizado!


Por Arain

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